Humedales y cambio climático

El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, en conmemoración de cuando se firmó, en Ramsar (Irán), el tratado intergubernamental para la conservación y el uso racional de esos sitios. La celebración se enmarca, cada año, en una temática distinta. La de 2019 corresponde a “Humedales y cambio climático” y es apropiada para lo que ocurre en nuestro país: debido a un régimen de lluvias que el mes pasado cuadruplicó los promedios históricos, al menos 2 millones de hectáreas del norte y del Litoral están inundadas. La situación es tan grave que el Gobierno declaró la emergencia y el desastre agropecuario en Santa Fe, Corrientes, Chaco y Santiago del Estero.

 

Las lluvias abundantes y consecutivas son el principal factor de estas inundaciones; sin embargo, la pérdida de bosques y el uso productivo de terrenos inundables hacen que un fenómeno natural sea más extremo y genere consecuencias graves.

 

Los humedales son áreas que permanecen en condiciones de inundación o, por lo menos, con suelos saturados con agua durante largos períodos. Si bien en este término incluye una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una propiedad primordial: el agua, que juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas. Pueden mencionarse, entre tantos emblemas, a los Esteros del Iberá, en Corrientes; las turberas de Tierra del Fuego; el bañado La Estrella; la Reserva Ecológica Costanera Sur, en la ciudad de Buenos Aires, y la Reserva Natural Provincial Santa Catalina, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora.

 

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