A partir de un estudio llevado a cabo por el Municipio junto con una universidad, hoy se sabe que la reserva ecológica Ribera Norte, ubicada en Acassuso, a menos de ocho kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, es uno de los lugares donde se encuentran más especies de aves autóctonas argentinas.
La investigación -que fue realizada en conjunto por personal de la Dirección de Ecología de la Comuna y la Universidad Maimónides- detectó la presencia de ejemplares de más del 20 % de las especies que hay en el país: 218 del total de 1.040 que están contabilizadas en los suelos y cielos argentinos.
El trabajo está publicado en la web de la Fundación Azara -una ONG que estudia la naturaleza-y se puede descargar desde esa página.
Lo importante del dato es que refleja el resultado de los cuidados medioambientales que se están implementando en la zona.
“Como las aves se consideran ‘bioindicadores’, su presencia habla de un entorno sano, natural y conservado”, explica Bárbara Gasparri, directora de Ecología y Biodiversidad de la Municipalidad de San Isidro, y una de las responsables del trabajo.
Con sólo 20 hectáreas de tierra y rodeada por urbanizaciones, Ribera Norte ocupa el podio de las reservas más destacadas en cuanto a presencia de fauna avícola junto a la Otamendi (de Campana) y la de Costanera Sur (en la Ciudad de Buenos Aires).
“De un total de 272 aves distintas que alguna vez fueron avistadas en el área, hoy registramos la presencia simultánea de 218. Es un número muy elevado teniendo en cuenta cómo avanzaron las ciudades y los cambios climáticos que estamos viviendo. Incluso, hay algunas de estas especies que ya no están en la provincia de Buenos Aires”, destaca la funcionaria.
Hoy, en Ribera Norte hay aves consideradas “raras”, como la pajonalera, o el federal, que está amenazada y hace años que no se acercaba al lugar.
Cada tanto, incluso, ejemplares de alguna especie que no es propia de la zona avanza un poco más de lo que es su área natural de pertenencia debido a las modificaciones que se están dando en el medio ambiente. Así, por ejemplo, hubo un registro único de un solo aguilucho Pampa, un pájaro que habita de Entre Ríos hacia el Norte del país.
¿Qué es lo que hace posible esta diversidad? “Por un lado, la multiplicidad de ambientes de la Ribera -juncal, laguna y bosque, entre otros-. Por otro, las diferentes medidas que nosotros venimos implementando con continuidad. En especial, la plantación de vegetación autóctona y el control (paulatino y por sectores) de las plantas exóticas”, responde Gasparri en diálogo con Clarín.
Esta característica de la Reserva la convierte, además, en un paraíso para los fanáticos de las aves. El birdwatching (avistamiento) suma cada vez más adeptos y la Ribera es el destino perfecto para hacerlo.
Gasparri confirma esta situación: “Se acerca una gran cantidad de observadores, se conformó un grupo grande que recorre el país y ésta es una parada obligada. Muchos, incluso, vienen del extranjero”. Además, hay vecinos que aprovechan el lugar para tomar fotografías ya que el observatorio está cerca de la laguna y es un lugar privilegiado para esa actividad.
“Lo importante de esta investigación que hicimos es que, al actualizar la información que hay sobre las especies, se convierte en una herramienta que describe los cambios y permite tomar decisiones de manejo a futuro”, afirma la funcionaria.
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