Observación de aves, la nueva propuesta en el Delta

 

En 2012, desde un buque científico de Prefectura, la futura bióloga Anahí Vaccaro descubrió un águila negra: un animal rapaz, generalmente difícil de avistar. Fue un día bisagra, durante la elaboración de su tesis de graduación que requería un censo de aves. Anahí, aficionada a la observación, es una de las participantes de esta nueva actividad en Tigre una tarde de viernes otoñal. Al igual que el matrimonio que planea un viaje a Uganda, un destino que concentra una gran variedad de estas especies de toda África. O el periodista uruguayo y su mujer, que viven en Buenos Aires, pero -cada vez que pueden- se escapan para estar cerca de la naturaleza.

 

“Realizar birthwatching es una manera de entrar en contacto con el entorno natural, estemos donde estemos”, explica Rocío Lapido, guía de la Asociación Aves Argentinas. “En la Primera Sección del Delta encontraremos aves como pájaros carpinteros, benteveos y otros que vemos a menudo, como hornero o zorzal, pero que seguramente no nos detenemos a observar su comportamiento y vuelo. Eso trataremos de hacer hoy, con la idea de revalorizarlos”, apunta su colega María del Castillo.

 

El Delta es considerado uno de los accidentes geográficos fluviales más grandes del mundo. Es el único de agua dulce que desagua en otra vertiente similar, como es el Río de la Plata. “El Delta se forma por la sedimentación del río Paraná y se encuentra en constante crecimiento. Sus islas tienen forma de plato hondo, con costas o albardones elevados y centros deprimidos de terreno pantano. La zona es un humedal, porque se inunda de manera permanente o intermitente, lo cual genera un ecosistema híbrido entre el acuático y terrestre”, explica Sebastián Arena, de la Subsecretaría de Turismo de Tigre. La variada vegetación está compuesta por árboles nativos y exóticos, juncales, plantas acuáticas y unas 300 especies de aves.

 

La lancha colectiva zarpa de la estación subfluvial Domingo Sarmiento y recorre unos 500 metros el río Tigre hasta el río Luján. Desde allí navega durante quince minutos hacia el noroeste, sigue por el río Carapachay -en dirección al Paraná de las Palmas- y, en el kilómetro 13, alcanza una isla. El viaje demora en total una hora porque el río está bajo y, por precaución, la lancha desciende la velocidad de la marcha. La calma se traduce en la posibilidad de disfrutar un poco más del paseo, el atardecer en el río y la vista del agua, los árboles, las casas y de vecinos que toman mate en los muelles.

 

Al llegar, el grupo de unas treinta personas se divide en dos equipos de avistamiento. Las guías reparten una listado de aves del Delta para identificarlas y hacer anotaciones. Antes de comenzar la caminata conviene prevenirse contra los mosquitos y llevar bebida para hidratarse. Algunos participantes llevan cámaras de fotos con lentes de gran tamaño, otros cargan binoculares y un guía porta un telescopio. Pero el equipo básico y más importante lo componen la vista y el oído humanos.

 

“¿Saben por qué los mejores horarios de observación son a la mañana y al atardecer?”, pregunta María. Resulta que la mayor actividad de los pájaros es cuando van en busca de alimento, al amanecer y cuando cae el sol. “Por eso, es recomendable hacer noche en una salida de avistamiento, para levantarse temprano, escuchar el fuerte sonido que hacen las aves al salir de sus nidos o captar el momento en que buscan su cena. Además, la luz es diferente según la hora y si querés sacar fotos lo aprovechás mucho mejor”, explica Rocío.

 

Cruzamos una tranquera y la caminata se inicia en un camino de tierra elevado que rodea la zona más baja de la isla. A los pocos minutos se detiene, cuando un integrante del Club de Observadores de Aves Argentinas avista un hocó colorado. Es una variedad de garza, que espera inmóvil para cazar una rana. Para ubicarlo entre la vegetación, los guías brindan dos puntos de referencia: una franja de lirios blancos y la aparición de dos carpinchos oscuros atrás del ave. Con el telescopio se ve perfectamente su cuerpo gris y cuello colorado.

 

Más adelante, otro participante consulta por un vuelo que no llegó a reconocer. “Hay aves que hacen vuelo elástico y otras que rítmicamente realizan una cantidad de aleteos. En otros casos, cuando vuelan emiten un sonido. Utilizamos estos datos para identificarlas,” explica María.

 

La idea es poner atención al sentido de la vista, pero también al del oído. Porque cuando se aprende a reconocer el canto de un ave, se puede esperar que aparezca o empezar a buscarla. Y, a través del sonido, cuando la luz natural se pierde es la única manera de hacer un reconocimiento. Durante la caminata no solo se avistan aves como el martín pescador, el zorzal o ipacaá. También se ven luciérnagas y murciélagos y se escuchan búhos y ranas de zarzal.

 

El recorrido a pie de 3 kilómetros dura dos horas, un tiempo que puede variar según el predio y las paradas de observación. En este caso, se hizo en Bonanza Deltaventura, pero la excursión también se realizará en Delta Terra y Un lugar en el Arroyo.

 

Bonanza era una quinta de frutales y árboles para la industria maderera. Sauces y álamos se levantan alrededor de una casona de 1838 muy bien conservada. Se puede pasar el día o almorzar, hacer caminatas, remar en canoa canadiense, andar a caballo o en bicicleta, practicar tirolesa y descansar sobre una reposera mirando el río. El avistamiento concluye con una amena charla sobre la experiencia vivida, frente a la casa, donde esperan un refrigerio y la lancha para regresar a tierra firme.

 

Miniguía

Cómo llegar. De Buenos Aires a Tigre son 30 km por Ramal Tigre de Panamericana; peaje, $ 45.

Llegan los colectivos 21, 60 y 343. Desde $ 10,75 ida.

Tren Mitre desde Retiro el Mitre, $ 20 ida; con SUBE, $ 10.

 

Cuánto cuesta.

Avistaje de aves, $ 750. La próxima salida será el sábado 28 de julio a las 8 desde la Estación Fluvial de Tigre. Incluye el traslado hasta la isla del Delta, caminata y observación de aves con guía de la Asociación Aves Argentinas, refrigerio y almuerzo.

Dónde informarse. 4512-4080/4252 / (156) 1283667.

info@buenosairesbirding.com / conexiontigre@tigre.gov.ar www.vivitigre.com.ar

 

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