Millonarios beneficios en el Delta del Paraná que no cuidamos

Un estudio sobre el delta del Paraná concluyó que este ecosistema – que atraviesa las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe – puede valuarse en 3000 millones de dólares al año, e incluso el valor podría duplicarse. Otra investigación determinó que los humedales del mundo valen 14,9 billones de dólares, un 45 por ciento del valor total de todos los ecosistemas.

 

¿Qué sería del origen de la civilización sin el Éufrates y el Tigris? ¿O de Egipto sin el Nilo? ¿Y qué de la Argentina sin el delta del Paraná? Los humedales no sólo fueron decisivos para el desarrollo y la supervivencia de la humanidad. Sino que hoy, analizados en términos económicos, generan beneficios y permiten evitar grandes costos. Intentar reemplazar sus funciones o restaurarlos es muy costoso si se lo compara con los servicios que brindan de manera gratuita. Los costos de conservarlos, en cambio, son mucho más bajos.

 

Estos números pueden interpretarse como el valor promedio de los servicios que el humedal presta o como el costo de no conservarlo. En parte, la metodología también considera el valor de reemplazo, es decir, lo que costaría cumplir con esas funciones si se hicieran de forma artificial.

 

Calcular esto es muy complejo ya que implica considerar muchas variables: «¿qué se hace para evitar las inundaciones? Una represa. Hay que calcular cuánto cuesta hacerla y cuánto mantenerla. Y también cuánta gente se emplea y por cuánto tiempo, y considerar el trabajo que se le quita a los pescadores locales y a la gente que vive aguas abajo del humedal; también, si el lugar pierde valor de recreación», explicó Andrea Michelson, coordinadora de áreas protegidas de la Fundación Vida Silvestre.

 

«Muchos no están de acuerdo en poner un valor a lo incalculable, pero es la única forma en que algunos políticos lo entienden. Los humedales se suelen percibir como lugares de segunda categoría que hay que rellenar; debemos cambiar esa mentalidad», dijo Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn).

 

Los beneficios para quienes viven cerca de los humedales son más conocidos: ganadería, turismo, pesca, forestación, apicultura. Pero los beneficios mayores son los que alcanzan además a quienes no viven directamente de ellos, los llamados beneficios ecosistémicos, como la regulación del clima o la amortiguación de las inundaciones y de los efectos de las tormentas. «El control de las inundaciones es crucial en el escenario que vivimos [de cambio climático y fenómeno de El Niño], ya que los eventos meteorológicos se van a hacer más intensos», explicó Di Pangracio.

 

La purificación de aguas subterráneas, que constituyen el 95 por ciento del agua dulce del planeta, es su función central, hasta el punto que se dice que si los bosques son los pulmones, los humedales son los riñones del mundo. «En la Argentina ocupan cerca del 23 por ciento del territorio y 14 millones de personas se abastecen del agua proveniente del delta del Paraná, que es el sistema de humedales más grande del país y segundo en importancia en América del Sur, luego del sistema amazónico», explicó Marta Adelman, coordinadora de comunicaciones de la Fundación Humedales.

 

Esta fundación hizo un estudio del Delta, en el que consideró el valor de las actividades económicas (entre 188 y 374 dólares por hectárea por año) y el valor de los bienes y servicios ecosistémicos (entre 1169 y 1277 dólares por hectárea por año), y llegó a la conclusión de que brinda entre 1357 y 1651 dólares por hectárea por año. Considerando sus más de 2,2 millones de hectáreas equivale a entre 3000 y 3700 millones de dólares al año. Números que podrían llegar a duplicarse si se considera el valor de la captura de carbono, una función clave para evitar efectos del cambio climático, que se estima en valores tan variables como 885 y 3260 dólares por hectárea y por año.

 

Además de estos valores pueden considerarse los costos de restaurarlos o los que se derivan de no tenerlos, como los efectos en la infraestructura o la producción de las inundaciones o las tormentas intensas como las que se vivieron en los últimos años. En todos los casos, los expertos coinciden en que es más barato preservarlos que restaurarlos o suplir artificialmente las funciones que realizan.

 

Un caso emblema en este sentido es el de Holanda: «ellos rellenaron las tierras bajas y después vieron el impacto de las inundaciones. Ahora están en la lucha por restaurarlas. Por eso los expertos holandeses insisten en que es más barato preservar que restaurar», explicó Di Pangracio.

 

Los costos y valores de los humedales fueron recabados a nivel mundial por la Convención Ramsar, un tratado intergubernamental que se encarga de la conservación y el uso racional de estos sitios.

 

Algunas conclusiones de Ramsar son:

 

Control de inundaciones: se estima que 0,4 hectáreas de humedal pueden almacenar más de 6000 metros cúbicos de agua, con lo que se evitan construcciones costosas.
Protección ante tormentas: los humedales costeros ayudan a evitar el efecto de huracanes y ciclones, reduciendo el viento y las olas.

Purificación del agua: el exceso de nutrientes de la actividad agrícola, productos químicos tóxicos, metales pesados y pesticidas son eliminados por plantas y suelos de humedales.
Biodiversidad y medicina: algunas plantas y animales de los humedales sirven para medicamentos.

Productos de humedales: se trata de áreas muy productivas y se ha estimado que pueden producir, al año, nueve toneladas de proteínas por kilómetro cuadrado.
Recreación y turismo: en los humedales hay un tesoro de la vida animal y vegetal en espera de ser explorado; los viajes recreativos generan millones a las economías locales.

Reposición de las aguas subterráneas: muchos humedales recargan los acuíferos, y los de tipo subterráneo se están agotando en el mundo. El delta del Paraná abastece de agua a 14 millones de personas y aunque se le pueda poner un precio, su valor parece incalculable.

Efectos millonarios
Las consecuencias económicas de mantener o no los humedales, en ejemplos de lo que ocurre en diferentes partes del mundo

Inundaciones
En China, la deforestación, el desarrollo agrícola y la construcción de viviendas provocaron un aumento de las inundaciones. Un evento en 1998 causó daños por 32.000 millones de dólares y hoy se trabaja para restaurar humedales.

Tormentas
Los humedales son una barrera natural contra los fenómenos climáticos. En Tailandia, el costo de replantar vegetación perdida fue de 946 dólares por hectárea, mientras que cuesta 189 dólares preservar los humedales.

Agua pura
En Nueva York planeaban invertir entre 3000 y 8000 millones de dólares en centros de tratamiento de agua, pero se decidió comprar un terreno por 1500 millones de dólares, y el agua es allí filtrada por los humedales de manera gratuita.

Biodiversidad
Algunas plantas y animales sirven para elaborar medicamentos industriales. Por citar un ejemplo, los componentes químicos de la piel de una especie de batracio de América del Sur pueden servir para antibióticos y antivirales.

Producción
El delta del Paraná genera al año productos derivados de la apicultura por 27 millones de pesos, productos de la pesca por 26 millones de pesos, de las actividades forestales por 33 millones y ganadería por 912 millones de pesos.

Turismo
Los viajes inyectan grandes sumas de dinero a las economías locales. El valor de la actividad turística en los Cayos de Florida, Estados Unidos, se estima en unos 800 de dólares millones anuales.

 

http://www.elheraldo.com.ar/noticias/127224_millonarios-beneficios-en-el-delta-del-parana-que-no-cuidamos.html